La realidad decide los latidos de mis dedos; palpan el presente de la duda mientras deseos hambrientos mastican mi inexistencia. Maleficios, lujuria, abro el pudor de tu conciencia y fornico con el sudor de tu garganta; orgasmo cósmico. Me siento preso en esta selva de concreto, amadores de lo inconcluso, de lo ajeno. El único sobrio en esta cama soy yo… y aún no despierto…

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sábado, 7 de mayo de 2011

CORTEJAME


Al ver dos perros en pleno cortejo el subconsciente analiza. El perro macho que a 10 metros puedo ver su viril miembro, esta sudoroso, sus pupilas se ven iluminadas y sus muslos tiemblan, el deseo es más que evidente. La perra, no como el diminutivo burlesque y peyorativo tiende a saltar, es como si estuviera emocionada de ser cortejada; no es para menos. Ella es una perra muy pequeña, me atrevería a decir que es una pudder y el macho, su nueva pareja; es un Golden retriver. Imagino sus saltos son como la fantasía de una maracucha al tirar con un negro de las Antillas…

Ambos animales están atados con cadenas finalizando con la mano de sus dueños. Ellos abrumados por el espectáculo, la melanina actúa sobre sus pómulos. Entre ellos existe el mismo deseo, puedes ver las miradas, como comienzan los poros a sobresalir y penetra la piel del compañero. La perra huele el miembro del perro y viceversa, las cadenas se mezclan pero en un instante son separados por sus duegnos.

Somos primitivos, instintivos. Creamos el fuego pero a su vez la moral, la pertenencia, la inseguridad. Podría una cucaracha sentir celos en medio de las orgias que realiza? Puede un sencillo ratón guardar su fidelidad para una sola rata ostentosa de aquel liquido virginal?

El instinto sexual nos atrapa y nos recuerda lo animales que somos. Aparece, cósmicamente aparece, B I S E X U A L I D A D. El perro que hace poco coqueteaba con la pequeña Pudder ahora se abalanza contra un perro, tiene el mismo temblor en sus muslos, huele el miembro de su nuevo compañero, es inevitable pensar…

Deshago mi mirada, el cigarrillo se ha consumido…

GAMIA MONO



La monogamia es una etapa que desearía vivir un cuarentón, tapar el celaje de sus aventuras y quemar todos los souvenirs que se le aparezcan, el problema comienza. Atáis tu vida a una edad temprana para asegurar tu soledad en un banco de 4 céntimos. Luego llamaras sudoroso, con la conciencia vomitando perdón, el dinero no te alcanza y por ende tus empleos son el reflejo de un pudor, una tipología que es muy fácil de identificar. Es inevitable, agotable; pero el juego acelera su manojo de jugadas.


Monogamia invertida
El cuarentón disimula su mirada
Obviamente es su deseo
Dormir en sabanas de seda
Y trasgredir su pasado
En la hibernación momentánea
Obviamente no lo entiende
Es inadecuado y antihigiénico
Cuantos no desearían apreciarte
Cortejarte hasta morir…
 
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