La realidad decide los latidos de mis dedos; palpan el presente de la duda mientras deseos hambrientos mastican mi inexistencia. Maleficios, lujuria, abro el pudor de tu conciencia y fornico con el sudor de tu garganta; orgasmo cósmico. Me siento preso en esta selva de concreto, amadores de lo inconcluso, de lo ajeno. El único sobrio en esta cama soy yo… y aún no despierto…

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domingo, 22 de septiembre de 2013

Ansiedades
Cadáver exquisito
Toco tu barba
Desde los laberintos de Itaca
Como no sentirla
Admirarla
De nuevo allí
Esta poesía maldita
Desgarradora
Exquisita
Como el buen sexo
El buen vino
Las letras adecuadas para que comience lo necesario
Lo intrínseco
A pesar de las toneladas acumuladas
De los colores innecesarios
Itaca sigue allí
No con el mismo cuerpo
Pero su espíritu se ha elevado
Tanto que niego y temo inigualarme
Tómame Itaca
Hazme tuyo de nuevo
Sin protecciones metódicas
Salva este común deseo de sentir amor
De sentir tu Barba y la mía
Tus manos
Cada cabello
Cada vello púbico
Hoy sentí tu rodilla
Suave
Como la lana de las crías en Florida
Hoy vuelvo a ser poeta
O creerme uno más
Llévame contigo Itaca
Hasta qué mi apetito sea conquistado
Por un amor sin Homero
Por un amor sin letrados
Por un amor de sólo sexo y brío
Un café en las mañanas
Y sueño en las tardes
Abrazados
Fundidos
Uno
 
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